Así como hay millones de empresas de todo el mundo, hay
millones de maneras de crearlas y gestionarlas. La tarea esencial, pero no
menos difícil, es elegir la orientación de gestión que le quede mejor a tu
empresa, y que pueda dejarte más ingresos una vez que decididas a emprender.
Tal vez sea cierto que para tener más posibilidades de éxito
se requiere tener pasión por tu idea, en lugar de solo verla como dinero, pero
también es cierto que este último es el objetivo final de cualquier empresa, es
decir ¿Qué empresario tendría su negocio sólo por el bien de los clientes, sin
pensar en su situación financiera?
Permíteme ser claro: no estoy hablando de organizaciones de
caridad, sino de empresas comerciales, que, como sabemos, son con fines de
lucro. Bueno, volvamos a lo que nos interesa más, que es: la creación de una
empresa.
Dice el refrán que "todos los caminos conducen a
Roma". Sin embargo, imaginemos que entre todos estos caminos que conducen
a Roma, hay atajos, rutas terrestres con carreteras bien hechas, otras con
muchos baches. También hay rutas por cielo y mar. Algunas serán más rápidas que
otras, algunas más segura y menos agotadoras y así sucesivamente.
Con el análisis de este refrán, debes tener claro una cosa:
hay varios pasos que puede seguir para convertir tu idea de negocios en una
empresa real y solida. Debes seleccionar de entre una multitud de rutas y
elegir la que crees que más te conviene, es decir, elegir el camino más seguro
que te llevará al éxito (¿Y por qué no? el camino menos duro y agotador
también).
En general, para tener éxito en un proyecto y hacerlo crecer
con los años hasta convertirlo en una organización más madura, se requiere de
un buen plan de gestión, por ello este es tan importante al iniciar un negocio.
El éxito al azar más que un milagro, es una rareza obvia.
Sin embargo, para que exista cualquier empresa, tiene que
tener una idea que le sirva como punto de partida. Las ideas de negocios son
básicamente de dos tipos, conocidas e innovadoras.
Idea Conocida
Es crear una empresa que vende productos o presta servicios
que ya son comunes en el mercado. Visto desde lejos, este tipo de actividad es
la que presenta el menor riesgo (en comparación con una idea innovadora, por
ejemplo). Sin embargo, no hay garantía de que tal empresa tendrá éxito, porque
hay otras facetas y parámetros que hay que tener en cuenta.
Hay que ser creativos para sobrevivir, ya que sus
competidores potenciales seguro tienen mucho más antigüedad y experiencia.
También se debe tener cuidado en la gestión y la comercialización, no te dejes
engañar por lo sencillo que pueda parecer una actividad.
Además de lo anterior, debes lograr diferenciarte de tus
competidores potenciales. Y para hacerlo, debes encontrar elementos nuevos que
puedan mejorar el servicio al cliente o su producto, y diferenciarlo de otros.
Lo más fácil que puedes hacer para encontrar como innovar en
tu negocio, es pensar en que no estás satisfecho con tu producto o servicio.
Este es un ejercicio que requiere que te pongas en los zapatos de los clientes,
para así encontrar los posibles cambios que hagan tener una mejor experiencia a
los compradores en tu negocio.
Un ejemplo muy simple de lo anterior: Supongamos que eres un
fan de las barras de chocolate y siempre llevas al menos una en tu bolsillo o
bolso. El problema es que se funden con el calor del mediodía o se rompen al
ser apretadas con otros objetos en su bolsillo o bolso.
¿Como podríamos resolver este problema con el chocolate?
simple, tendrás que encontrar una fórmula que resuelva el problema del calor.
En otras palabras, debe asegurarse de que las barras de chocolate que ofrezcas
al mercado son más resistentes al calor. Independientemente de si el precio
esta un poco por encima de la competencia, este "plus" sin duda
podría promover tus ventas.
Idea innovadora
Es la antítesis de las actividades mundanas, ya que planteas
ofrecer servicios o productos para un mercado que aun no existe. Mira a tu
alrededor: ¿Qué necesidades de la gente conoces que el mercado no resuelve?
Usualmente las ideas innovadoras son arriesgadas, y deben
analizarse con parámetros realistas y bien estudiados. Sin embargo, este salto
a lo desconocido puede traer una gran cantidad de beneficios. Además, si tiene
éxito, su producto o servicio innovador hará que tu empresa goce de una
extraordinaria reputación.
En conclusión, grandes riesgos = grandes ganancias o grandes
pérdidas. Juegas a doble o nada al iniciar una empresa de esta forma. Por
supuesto, "juego" es solo una metáfora, porque como es de esperarse,
la creación de una empresa es algo más que un juego en particular.
Es posible poner las probabilidades a tu favor, reduciendo
al mínimo los riesgos, incluso en una idea innovadora.