Muchas personas se sentirán familiarizadas con la imagen superior, y es que el Gobierno Federal a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) lanzó una campaña para sustituir los tradicionales focos incandescentes por los célebres focos ahorradores. Y cuando hablamos de “sustituir” no nos referimos a una campaña temporal, se estima que para el 2014 en todo México no habrá más focos incandescentes en el mercado.
Esta iniciativa es parte de los compromisos establecidos por México en 2010 durante la Cumbre Mundial del Cambio Climático, se estima que existen 47 millones de focos incandescentes en el país mismos que serán reemplazados por lámparas incandescentes compactas.
La intención es muy buena, algunos de los beneficios de los focos ahorradores son un menor consumo de energía, mayor duración y una menor cantidad de calor generada. Pero las lámparas incandescentes compactas, además de su alto costo, esconden desventajas que simplemente opacan a todos los beneficios que pudieran llegar a tener.
En cada foco ahorrador hay alrededor de 3 a 5 mg de mercurio. El mercurio es un elemento muy toxico, entre los efectos que provoca al humano se incluyen daño a los pulmones, náuseas, vómitos, diarrea, aumento de la presión arterial o del ritmo cardíaco, erupciones en la piel, e irritación ocular.
Ahora, es correcto que se necesitan más de 10 mg de mercurio por metro cúbico para que sea considerado peligroso. Pero si tomamos en cuenta que el mercurio que ingresa al cuerpo se mantiene ahí para siempre ya se puede hacer una idea de la cantidad demercurio que puede acumular un cuerpo humano a los largo de su vida si accidentalmente rompe algunas de estas lámparas. Tomemos en cuenta una habitación promedio de 4 m x 4 m x 2.5 m = 40 m3. Se necesitarían alrededor de 80 lámparas rotas en esa habitación para tener niveles peligrosos de mercurio.
“México carece de normatividad relativa a la emisión de mercurio y no existen sitios adecuados para confinar los desechos de no ser los rellenos sanitarios municipales o los botaderos de basura donde a final de cuentas irán a parar las 23 toneladas de mercuriocontenidas en los 46 millones de focos ahorradores con el consabido problema de envenenar la cadena alimenticia derivada de la contaminación de la tierra…” Sic Fuente: La jornada Aguascalientes 15-agto-2011 (Nora Ruvalcaba).
Ahora toca a nuestro gobierno evaluar el peligro de colocar esas 23 toneladas de mercurio en nuestro suelo o en nuestros cuerpos, porque de verde no tiene nada esta tecnología. A pesar de todo esto creemos que existe una alternativa mucho más económica, ahorradora y saludable: las lámparas LED.